Qué pasa en el cerebro infantil durante las vacaciones de Navidad

Descubre qué ocurre en el cerebro infantil durante las vacaciones de Navidad y cómo aprovechar este periodo para facilitar una mejor vuelta al cole desde la neuroeducación.

Durante las vacaciones de Navidad, el colegio se detiene, pero el cerebro infantil no. Cambian las rutinas, se multiplican los estímulos y las emociones se intensifican. Para muchos niños este periodo es vivido como una experiencia positiva y necesaria; para otros, supone un desajuste que se hace visible a la vuelta: mayor impulsividad, dificultad para concentrarse o problemas para retomar normas básicas de aula.

Comprender qué ocurre en el cerebro durante este tiempo resulta clave para docentes y centros educativos, no para “corregir” a los alumnos en enero, sino para anticipar, acompañar y facilitar una transición más fluida tras las vacaciones.

Si estas vacaciones quieres aprovechar el tiempo para conocer nuevas herramientas educativas con calma, sin presión de aula ni horarios, puedes probar Neuromindset de forma gratuita y explorar cómo trabajamos la atención, el autocontrol y las funciones ejecutivas desde la neuroeducación aplicada

El cerebro infantil necesita rutinas… y también pausas

El aprendizaje escolar se apoya en gran medida en la repetición de rutinas: horarios estables, normas claras, secuencias previsibles y un entorno relativamente constante. Estas estructuras ayudan al cerebro infantil a organizarse, a anticipar y a regular su comportamiento.

Las vacaciones rompen esa estructura, y esto no es negativo en sí mismo. La pausa es necesaria. El problema no es el descanso, sino la ruptura brusca y, sobre todo, la dificultad para volver a activar los mecanismos de autorregulación una vez finalizado el periodo vacacional.

Desde la neurociencia sabemos que el cerebro infantil es altamente sensible al contexto. Cuando el contexto cambia, el cerebro se adapta. Y esa adaptación no es inmediata ni automática cuando se vuelve a un entorno más exigente.

Navidad: más estímulos, más emoción, menos regulación

La Navidad concentra en pocos días muchos elementos altamente estimulantes: reuniones familiares, cambios de horarios, regalos, pantallas, viajes, ruido y una carga emocional elevada. Todo ello incrementa el nivel de activación del sistema nervioso.

En este contexto, es habitual que se vea comprometido el funcionamiento de algunas habilidades clave para la vida escolar:

  • Cuesta más mantener la atención durante periodos prolongados.
  • Disminuye el control de impulsos.
  • Aumenta la reactividad emocional.
  • Ae reduce la tolerancia a la espera y a la frustración.

No se trata de una regresión ni de un problema de voluntad. Es una respuesta adaptativa del cerebro a un entorno más intenso y menos estructurado.

Las funciones ejecutivas, las grandes protagonistas de la vuelta al cole

Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas que permiten dirigir la conducta hacia un objetivo: planificar, inhibir impulsos, mantener la atención, adaptarse a cambios o regular emociones. Son especialmente sensibles a los cambios de rutina.

Durante las vacaciones, estas funciones no desaparecen, pero sí pierden entrenamiento. Por eso, en las primeras semanas de enero, muchos docentes observan dificultades que no estaban presentes antes de Navidad. No es que el alumnado haya olvidado lo aprendido; es que el cerebro necesita tiempo para volver a activar estos circuitos.

La vuelta al cole no empieza el primer día de clase

Uno de los errores más habituales es interpretar enero como una continuación directa de diciembre. Desde el punto de vista neuroeducativo, la vuelta al cole es un proceso, no un momento puntual.

Antes de retomar contenidos académicos exigentes, el cerebro necesita:

  • Recuperar rutinas.
  • reajustar niveles de activación.
  • volver a entrenar atención y autocontrol.
  • sentirse seguro dentro de una estructura predecible.

Los centros que entienden esta transición y la acompañan con intención suelen observar una adaptación más rápida y menos conflictiva en el aula.

Qué puede hacer un centro educativo, incluso estando cerrado

Aunque el colegio esté cerrado en Navidad, hay decisiones pedagógicas que se toman antes y que marcan la diferencia después:

  • Ajustar expectativas para las primeras semanas de enero.
  • Priorizar la reconstrucción de rutinas frente a la carga de contenidos.
  • Compartir con las familias un mensaje claro: no se trata de estudiar más, sino de cuidar hábitos básicos de regulación.
  • Incorporar dinámicas breves de atención, autocontrol y organización antes de exigir rendimiento académico.

Estas pequeñas decisiones tienen un impacto directo en el clima de aula y en el bienestar del alumnado.

Mirar la Navidad con perspectiva neuroeducativa

La Navidad no es un paréntesis vacío desde el punto de vista del desarrollo infantil. Es un periodo intenso, emocional y altamente estimulante que deja huella en el funcionamiento cognitivo de los niños. Entender este proceso permite a los centros educativos acompañar mejor la transición, reducir conflictos innecesarios y favorecer una vuelta al aula más equilibrada.

Si estas vacaciones quieres explorar con calma cómo trabajar las funciones ejecutivas de forma estructurada, sin necesidad de implantar nada todavía, puedes aprovechar para probar Neuromindset de manera gratuita y conocer la plataforma desde dentro:

Un buen momento para descubrir recursos, enfoques y posibilidades… antes de que empiece de nuevo el ritmo del curso.

Descubre cómo podemos ayudarte

Ó

Esto también te puede interesar...

Qué pasa en el cerebro infantil durante las vacaciones de Navidad - NeuromindSet
Qué pasa en el cerebro infantil durante las vacaciones de Navidad
Leer
Aprender jugando en Navidad atención y autocontrol en niños NeuromindSet
10 actividades navideñas para entrenar la atención y el autocontrol en niños
Leer
Problemas de aprendizaje: una mirada desde el cerebro y la cognición
Problemas de aprendizaje: una mirada desde el cerebro y la cognición
Leer