La palabra mindfulness se refiere a un estado mental con el que experimentamos nuestro día a día. El mindfulness se ha traducido al Español como “atención plena”, aunque esta traducción se queda muy corta para describir todas las habilidades que necesitamos desarrollar para tener el estado de mindfulness. Por ello decidimos seguir utilizando la palabra anglosajona. De una forma muy general, el mindfulness se refiere a la habilidad de vivir de forma consciente el momento presente, siendo capaz de no ser arrastrado por los pensamientos y las emociones, por las expectativas y los recuerdos. Es decir, ser capaz de no estar en el futuro o en el pasado, sino más bien en el aquí y ahora, prestando atención y disfrutando sin juzgar lo que sucede momento a momento.

No, si somos estrictos, la palabra mindfulness es básicamente el estado mental que queremos desarrollar. Sin embargo, también es el nombre que se le da a la práctica que utilizamos para desarrollar las habilidades que necesitamos para mantener el estado de mindfulness de forma voluntaria. Podríamos decir que la meditación es el ejercicio que usamos para fortalecer los músculos cerebrales y las habilidades que nos permiten vivir en el aquí y ahora.

Definitivamente. El mindfulness es un ejercicio que te ayudará a entrenar la capacidad de concentrarte. Muchas personas tienen la creencia errónea de que para practicar mindfulness es indispensable ser capaz de concentrarse. Pero más que el punto de partida, tener el control sobre nuestra atención es el punto de llegada. Así que no esperes más, hazlo y verás cómo fortaleces esa habilidad. 

De eso nos encargamos nosotros. Primero te enseñamos cómo ponerlo en práctica en tu vida personal. Una vez que experimentes la práctica y sepas cómo se hace y los objetivos que buscamos, te damos todas la guías paso a paso y las herramientas que necesitas para que puedas aplicarlo con tus estudiantes. 

No te preocupes, es imposible dejar la mente en blanco, por eso ese no es el objetivo. El objetivo principal del mindfulness es que puedas desarrollar la habilidad de darte cuenta y ser consciente de los pensamientos y las emociones que están en tu mente, sin engancharte a ellos ni analizarlos, sino solamente observándolos. Por eso no importa si hay o no hay pensamientos, lo importante es qué tan consciente eres de lo que sucede en tu mente.

No. Si bien es cierto que el mindfulness tiene como efecto secundario la sensación de relajación, ese no es el objetivo. El objetivo de los ejercicios del mindfulness es entrenar nuestra atención voluntaria de manera que podamos fortalecer nuestra habilidad de regular nuestros pensamientos y emociones cuando decidamos hacerlo. 

No, no es cierto. En un principio, los investigadores que se interesaron por la práctica del mindfulness se inspiraron en ejercicios de meditación provenientes del Budismo. Sin embargo, se ha hecho un gran esfuerzo para eliminar todo aspecto religioso y cultural de la práctica. Por eso afirmamos con seguridad que el mindfulness es un ejercicio de entrenamiento mental. Estos ejercicios se basan en la dinámica de enfocar la atención en un objeto y observar nuestra mente para detectar si se distrae. Cuando notamos la distracción, debemos de aplicar las estrategias para re-enfocar nuestra atención. Esta es la razón por la que consideramos la práctica del mindfulness como un entrenamiento, porque tenemos que repetir el ejercicio una y otra vez hasta que logramos dominar esta habilidad.